La Asamblea General de la ONU ha reconocido el valor simbólico y estratégico de las familias en la agricultura, declarando el 2014 Año Internacional de la Agricultura Familiar.Las explotaciones familiares afrontan grandes retos y, por ende, las incertidumbres que estos conllevan. La limitada dimensión económica de la agricultura familiar dificulta el acceso a la tierra, al agua o al trabajo, sobre todo cuando compiten con las actividades urbanas o industriales. Las Naciones Unidas también pretenden con el Año Internacional de la Agricultura Familiar contribuir a erradicar el hambre del planeta y a conservar los recursos naturales.
No hay una definición consensuada de la agricultura familiar, pero podemos entenderla como una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, de pastoreo y acuícola, gestionada y operada por una familia y que depende principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres; las mujeres tienen un papel fundamental pero poco reconocido por la sociedad, a pesar de que es vital para su normal funcionamiento.
Agricultura y seguridad alimentaria
La agricultura familiar tiene una enorme relevancia en los ámbitos económicos, ambientales y culturales del medio rural; es la principal forma de agricultura en todo el mundo y juega un papel esencial en la producción de alimentos, en el mantenimiento de las economías rurales y en la custodia de la biodiversidad en gran parte del planeta. Según la FAO representa el 75 % de la mano de obra rural y más de 500 millones de explotaciones familiares, de menos de 2 hectáreas, producen alimentos que nutren a miles de millones de personas (en torno al 70 % de los alimentos del mundo). Sin embargo, se da la triste
paradoja de que una parte significativa de esta población está expuesta a la inseguridad alimentaria porque vive en lugares donde la producción no es suficiente para su alimentación. Esta situación se produce en algunas zonas rurales de África, Asia, América Latina y el Cercano Oriente.
En España y también en el resto de la Unión Europea, la agricultura familiar tiene una larga trayectoria y es el eje vertebrador de la producción agrícola, de la ganadería y del territorio. Una agricultura tecnificada, moderna e innovadora que se adapta a las necesidades cambiantes de los consumidores, incluso en tiempos complicados como los actuales.
En palabras de Graziano da Silva, director general de la FAO, «la agricultura familiar es fundamental para dar respuesta a la doble urgencia que afronta el mundo hoy en día: la mejora de la seguridad alimentaria y la conservación de los recursos naturales». Sin embargo, los agricultores familiares, los pescadores, los pastores, y los pueblos indígenas y comunidades tradicionales, son de las poblaciones más vulnerables del mundo.
Agricultura y ecología
La agricultura familiar contribuye a la protección de la biodiversidad agrícola del mundo y a la sostenibilidad del planeta. Es el elemento sobre el que se sustenta el comercio local de siempre, que ahora está emergiendo con fuerza en algunas ciudades de los países «desarrollados», dentro del concepto de agricultura de proximidad o km 0. También la agricultura ecológica se enmarca dentro del concepto de agricultura familiar.
Representa una oportunidad para dinamizar el medio rural y las economías locales. Puede ayudar a reducir el continuo trasvase de personas del campo a la ciudad, que cuando se hace de forma no controlada genera problemas de congestión urbana, marginación social, despoblación rural y desarticulación territorial. Numerosas ciudades han crecido vertiginosa y caóticamente como consecuencia de ello (ej. Lima – Perú). Hemos de ser conscientes de que alimentarse, además de un placer, es una necesidad, que nos aporta los nutrientes necesarios para vivir y que son los agricultores, ganaderos,
pescadores y la industria agroalimentaria quienes producen o recogen dichos alimentos para ponerlos a nuestra disposición.
En el IV Congreso de Desarrollo Rural (2014) organizado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, la agricultura familiar está muy presente como elemento que une al medio rural con la ciudad. Sin duda, en nuestro país la agricultura familiar convivirá con aquella perteneciente a grupos empresariales, con el firme objetivo de obtener productos de gran calidad poniendo toda su experiencia, formación, tesón y cariño en ello.

Javier Lorén Zaragozano

Presidente del COITA de Aragón

Subdirector de EUPLA