Fuente: Heraldo de Aragón

Los erasmus aragoneses se muestran contentos tras la rectificación de Wert, aunque temen que la medida se aplique el próximo curso. La beca sigue siendo insuficiente para cubrir todos los gastos, pero ayuda.

Carolina Sánchez y Lucía Lapuente, en Horsens

La sorpresa y la indignación ha dejado paso a la alegría entre los erasmus aragoneses, que respiran aliviados después de que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, diera marcha atrás en su polémica decisión de recortar las ayudas a la mayoría de estudiantes que participan en este programa de movilidad europea. De hecho, de los 934 alumnos de la Universidad de Zaragoza que han obtenido la beca Erasmus para este curso, tan solo 160 fueron becarios del Ministerio el año pasado, por lo que hasta 774 se hubieran quedado sin esta ayuda de 100 euros -hasta ahora, los becados recibían 185- estando ya en sus países de destino.

Sin embargo, la alegría es moderada, ya que el ministro ha dejado en el aire el futuro de estas aportaciones complementarias a la cuantía que aporta el Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE), de otros 115 euros. “Me alegro de la rectificación temporal, pero esperamos que la mantengan también para los que disfruten de este programa el curso que viene”, asegura Laura Beltrán, alumna de Historia en la Universidad de Zaragoza que estudia en la Universidad Jules Verne de la ciudad francesa de Amiens.

Otros lo tienen mucho más claro y creen que la inconcreción de Wert solo puede significar una cosa. “Ya hemos visto los propósitos del ministro, así que mucho me temo que de momento solo hemos conseguido aplazar la decisión. El año que viene podría llegar de nuevo el recorte”, asegura Rafael Rubio, presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza. Le apoya un aragonés que ahora se encuentra de Erasmus, Adrián Llosá: “Al señor ministro se le ven las intenciones, así que debemos seguir luchando para que a los estudiantes de intercambio del futuro puedan vivir esta experiencia con una dotación adecuada y sin incertidumbres”.

“Me parece una decisión acertada, ya que era lo que nos correspondía, y parece que las presiones desde Bruselas, su partido y la sociedad han servido de algo. Pero no hay que bajar la guardia, pues no ha quedado claro el futuro de estas becas y es algo que no deja de ser inquietante”, añade David Padules, un zaragozano de 22 años que cursa el último año de Historia en la Universidad de Toulouse II-Le Mirail.

En Tempere, Finlandia, la noticia ha llegado cuando estaban grabando vídeos reivindicativos y se estaban organizando para acudir a Helsinki el 15 de noviembre para protestar ante la embajada española. “¿Cuál ha sido nuestra reacción?”, lanza al aire el zaragozano Adrián Llosá, estudiante de cuarto curso de Administración y Dirección de Empresas en esta localidad finlandesa: “Alegría, pero no satisfacción. Sabemos que la dotación no va a ser elevada, pero menos es nada. Al menos los estudiantes no se tendrán que plantear si van a poder terminar su estancia tras esa noticia inesperada, aunque sea realizando un mayor esfuerzo económico o de ahorro. ¿Qué 100 euros no es tanto dinero? Con 100 euros menos al mes se puede pasar de vivir a sobrevivir”.

«Nosotras llegamos a cuestionarnos seriamente qué hacer, puesto que queríamos continuar nuestros estudios aquí alargando el periodo de Erasmus el curso completo. Solo el alquiler asciende a 450 euros al mes y que procuramos tener un gasto de otros 250 o 300 euros, como máximo, para comidas, transporte y vida habitual, al que debemos ceñirnos sin ningún tipo de capricho. Los 200 euros escasos que recibimos no cubren ni la mitad del alojamiento aquí», aseguran Carolina Campos y Lucía Lapuente, estudiantes de la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia de Doña Godina que se encuentran de Erasmus en la localidad danesa de Horsens.

Otros no estaban afectados directamente, pero sí lo sufrieron a través de sus compañeros. «Tengo la suerte de que el año pasado fui becario de carácter general y este recorte no me afectaba como a otros compañeros, pero algunos de ellos estaban planteándose volver a España por no poder hacer frente a todos sus gastos sin esta ayuda», relata el zaragozano Antonio Sánchez, alumno de Arquitectura de la Universidad de Zaragoza que está de Erasmus en la Universidad Politécnica de Wroclaw, en Polonia: «La reciente noticia de dar marcha atrás y mantener las ayudas a los alumnos que ya estamos estudiando en universidades europeas la hemos recibido con alegría, pero con precaución, ya que todos hemos sufrido anteriormente promesas incumplidas por parte de la clase política».

Ayudas familiares y ahorros

Esta cantidad, la que habían perdido durante una semana para ‘recuperarla’ este martes, aliviará a los padres de más de un erasmus aragonés y permitirá a otros llegar a fin de mes con sus ahorros, tal y como habían previsto antes de iniciar su aventura europea. “Si te quieres ir de Erasmus tienes que tener ahorros o la ayuda de tus padres. Si no, no te puedes ir”, explica la zaragozana Laura Beltrán, quien cree que las ayudas que reciben la mayoría de los estudiantes no son suficientes para cubrir todos los gastos.

Hasta ahora, todos los estudiantes aragoneses recibían 115 euros de fondos europeos y al menos otros 100 -185 si el año anterior tuvieron beca general-. Además, cada año, alrededor de dos centenares de universitarios de la Comunidad reciben otra ayuda del Gobierno de Aragón, de 250 euros mensuales durante un máximo de seis meses. Estos ingresos pueden completarse con las aportaciones que realizan algunas empresas o instituciones privadas, pero las ayudas básicas -procedentes de Europa y el Ministerio- oscilan entre los 215 y los 300 euros para la mayoría de aragoneses.

“Las becas te dan un respiro, pero aun así no cubren ni la mitad del gasto. Hasta que reciba las primeras ayudas, que llegarán para diciembre y febrero, en el mejor de los casos, todo corre a cuenta del bolsillo de mis padres y algún ahorro”, dice Padules: “La suma de los gastos en todo el Erasmus rondará los 6.000 euros y las ayudas no llegan a los 3.000. Y eso si eres afortunado y también recibes la de la DGA, algo que no ocurre en todos los casos”.